Teotihuacán
y Tiahuanaco (Tiwanako)
¿Culturas relacionadas?
Relaciones
etimológicas, históricas, e
instrumentales entre ambas, y planteo de la teoría del uso de mercurio en el corte de las piedras.
Sabemos que
los mayores desarrollos culturales y sociales del período prehispánico en
América, tuvieron sede en los actuales México y Perú-Bolivia.
Pero aún en
ese marco, hay dos ejemplos que trascienden al entorno, en tiempo, despliegue
técnico involucrado, y desarrollo cultural, así como en su súbita despoblación.
Ellas son
Teotihuacán en México y Tiahuanaco en Perú-Bolivia.
LA
ETIMOLOGIA COMO ELEMENTO DE COMPARACION
Ambas
denominaciones demuestran una inocultable relación, y se analizan las distintas
posibles razones de tal similitud.
1) De México a Perú
Se ha tratado
de definir el origen de las denominaciones de ambas urbes monumentales, a partir de la lengua
predominante, en cada lugar con la llegada de los españoles.
Así en
quechua (lengua predominante en el área del imperio Inca junto al aymara) se
sostiene que Tiahuanaco, significa: “siéntate guanaco”, aunque dada la
multiplicidad de sílabas similares de esa lengua, surgen otras
interpretaciones.
A su vez
utilizando el náhuatl ((lengua de los aztecas, usada también por otras culturas
de Mesoamérica) Teotihuacán se revela, a partir del desglose: teotl = Dios; ti
= de y huacan = lugar como “lugar de los dioses”, o “dios del lugar”, pero
también aquí caben otras interpretaciones.
Surge luego
la segunda consideración, que cuestiona este proceso. Ambas culturas habían
despoblado los sitios, cuando los pueblos que se toman como referencia, acceden
a esos lugares. Sus lenguas originarias, son desconocidas, y los nombres
originales, por lógica, también.
La segunda
consideración es que esas denominaciones respondan a una denominación previa,
recibida de alguna forma, y adaptada por los nuevos ocupantes, con las
variaciones fonético-fonológicas que tal traspaso pueda generar, manteniendo
líneas de la lengua original, e introduciendo nuevas.
Y acá surge
en la comparación de ambos términos la similitud entre el Ti, y/o Tia y el
huanac con el huacan, que aparecen en ambas denominaciones.
El dilema
siguiente a este paso deductivo, es si las similitudes corresponden a su
denominación original, y en ese caso abre la puerta a pensar que ambos centros
formaron parte de una cultura común, o a las denominaciones posteriores, que en
cambio sugieren una cultura secundaria, que puede haber trasladado su lengua
entre ambos puntos, per se, o por traslado lingüístico de algún grupo étnico.
Respecto al
primer caso (una cultura única desarrolladora de ambos sitios) buscaremos la
posible identidad en otras cuestiones, como puede ser los restos culturales, y
la tecnología demostrada en las construcciones, si bien sorprende al evaluar
las presuntas migraciones de culturas orientales a América, a partir del décimo
milenio antes de Cristo, la similitud con denominaciones como Taiwan o Taoyuan,
que subsisten del otro lado del Pacífico norte.
Mucho más
si profundizando en los lenguajes de la actual isla de Formosa, se llega a que
el dialecto más antiguo, hablado en Taiwan es el hakka, constituyendo el
llamado Tai-wan-hakka , tan relacionado fonéticamente a Teotihuacan como a
Tiahuanaco.
Respecto al
segundo caso (una cultura posterior que genera denominaciones similares)
existen varias líneas de análisis.
Se toma
como firme la expresión wanaku, o wanakos (guanacos) , como integrando el
nombre de Tiahuanaco , también recibiendo las variantes Tiwanaku y Tiwanako, y
no resulta casual que la zona de desarrollo de la cultura inca, coincida con la
de la proliferación de tal camélido, el guanaco.
Si bien el
inca, no llegó a domesticarlo como a la llama, ni su piel genera la lana de la
misma llama, la vicuña, o la alpaca, que comparten territorio, el guanaco
aparece como eje de su cultura, junto al puma, y vale entonces su inclusión.
Ese territorio
de acción tiene como límite superior, el centro de Colombia, dejándonos muy
lejos del México, donde brilla Teotihuacán.
Esto nos
aleja de la posibilidad de que el vocablo quechua, haya “subido” hasta el
territorio mejicano con tal significado, y aplicado ese significado a un sitio
sagrado pre-tolteca.
Pero
existen lazos en la lengua náhuatl, que se apoyan sobre similar fonema, si bien
los lingüistas actuales descartan un origen común entre ambas lenguas, como
sugiriera Joseph Greenberg en 1987.
Cuando
Pedro de Alvarado, llega a El Salvador (muy lejos de la zona de acción de los
guanacos) observa que se autodenominan huanacax un grupo originario de la zona
y cuando comunica tal hallazgo a Hernán Cortés, este le impone el nombre de
Guanacos o Huanacos.
Pero además
hay que mencionar que hasta allí llegaba la presencia natural de un árbol común
en México, el guanacastle según la denominación en náhuatl, y las reuniones que
los grupos aborígenes hacían bajo su frondosa copa, se llamaban en la lengua Potón-lenca
derivada del náhuatl, “huanacax o huanacox”, con lo que este vocablo, terminó
designando, grupos reunidos, o hermandades, y todavía hoy se usa el término
“guanacos” para designar popularmente a los habitantes de El Salvador.
El
Guanacaste que es la denominación del árbol citado, es el símbolo de Costa
Rica, donde existían hasta el 800 D.C. grupos de lengua paya-chibcha, (los
corobicíes) vinculada luego a zonas de dominio incaico.
Hubo luego,
un desplazamiento de esos pueblos por otros llegados del norte (los chorotecas)
que hablaban en náhuatl.
¿Pudo haber
sido este contacto y el posterior desplazamiento de los corobicíes hacia el
sur, el punto de inclusión del término “guanacos” como símbolo de hermandad, o
simplemente población, que los incas toman luego para la denominación de
Tiahuanaco, que cambia su sentido a “pueblo de los dioses”?
¿Se usaba
ya esa denominación, antes que los incas controlaran el sitio, con un sentido
distinto del vocablo guanaco, aplicado a las reuniones de gente, del que ellos
utilizaban para el animal de ese nombre?
Ambas
posibilidades deben ser consideradas, y el propio tratamiento de “Ciudad de los
Dioses”, que los incas le brindaban, parecería demostrarlo.
Podemos
incluso aventurar que en un huso común de “guanaco” como sitio de reunión, y de
la expresión “Inti” sol en quechua, la denominación apunte al sitio de
adoración al sol, máximo dios de las culturas andinas, habiendo nacido como
INTIHUANACO, para luego derivar a Tiwanaco.
Y ahora nos
vamos a México para integrar lo anterior, con la denominación de Teotihuacan.
Si nos
ajustamos a lo anterior, tal denominación debería ser Teotihuanac, pero el
náhuatl repite en varios vocablos la terminación “acán”, mucho más sonora que
“anac”, y no debe descartarse la inversión de la sílaba por uso y costumbre
como ocurre en tantas lenguas del mundo.
La propia
creación de Tenochtitlán sobre la laguna de la actual Ciudad de México, marca
esa tendencia.
Y si fuera
así, estaríamos ante dos sitios con monumentales construcciones, con
tecnologías de precisión y potencia nunca más alcanzadas, por las culturas que
luego poblaron el suelo americano, que fueron asimiladas en su denominación por
una cultura posterior, o por remanente de autodenominación de la cultura
original.
2)DE PERU A MEJICO.
Pero para
complicar (¿o favorecer?) este panorama, las designaciones también aceptan el
proceso inverso, de buscar un origen andino de las denominaciones.
Y así
ocurre, que la expresión “huaca” o waca o waka, en quechua implica centro
religioso, con raíces en culturas antiguas del Perú como en la “huaca” de Caral, 5000 años Antes de
Cristo.
Y, la otra variante es la expresión también
quechua “huanca”, a partir de su uso para ciertas piedras verticales, al estilo
monolítico, que en varios lugares del
imperio inca, marcan sitios de adoración a los dioses, tomada para denominar a
uno de los pueblos intermedios, que hablaban una lengua que justamente se
clasifica como “quechua huanca” y que ha dejado sus huellas en denominaciones
de localidades como Huancayo; Huancavélica, Huancabamba, etc.
Respecto a
“Huaca”, aún hoy, todas las localizaciones donde se admite un culto religioso
de pueblos andinos, son denominados “Huaca” contraponiéndolos a los de carácter
militar, que se denominan “pucará”.
Y es
entonces cuando las sílabas finales de “Teo ti huacán”, parecen asociarse al
vocablo quechua “huaca”, ya que en náhuatl, “huacan”, habla de sitio o lugar de
nacimiento, y teotl, es dios, con lo que resulta: Lugar de nacimiento del Dios
o de los dioses. Y recordemos que su máxima construcción es también la Pirámide
del Sol, a pesar de que la cabecera de la calzada es la pirámide de la Luna.
Pero las
comparaciones entre Tiahuanaco y Teotihuacán, no deben limitarse solo a lo
etimológico, y revisaremos el orden social y temporal implícito, y la
planificación y conocimiento tecnológico, en ambos casos.
LA PLANIFICACION COMO SEGUNDO ELEMENTO DE COMPARACION
a) El valle
de Teotihuacán tiene alturas que van desde los 2240 metros hasta los 3200
metros sobre el nivel del mar, casi en el centro entre ambos océanos, del
territorio mejicano, a aproximadamente 350 km de la costa del Pacífico.
Tiahuanaco
se encuentra a 3885 metros sobre el nivel del mar, a una distancia de 300 km, (similar
a la de Teotihuacán), respecto a la costa del Pacífico.
En ambos
casos, la distancia a zonas costeras, y la altura, que complica el acceso, y
altera hasta el metabolismo humano, los ponía a resguardo de la llegada sorpresiva,
de pueblos navegantes, como alguna vez, pueden haber sido, sus propios
fundadores.
La
distancia y los obstáculos, además de la presencia de otros grupos ya asentados
en el territorio intermedio, que podían resistir y/o avisar de tales
incursiones, daban tiempo a preparar la resistencia.
b)
Tiahuanaco está actualmente a 15 kilometros de las riberas del Lago Titicaca,
aunque se estima que fue un espacio costero al mismo, durante su emplazamiento.
Teotihuacán,
está actualmente a 48 kilómetros de Ciudad de México, pero a solo 12 kilómetros
de restos de la gran laguna, sobre la que se asentara la ciudad, y puede
pensarse que dominaba desde la altura, el ámbito de la misma ubicada a 2250
metros sobre el nivel del mar.
En ambos
casos, la presencia cercana de grandes espejos de agua, aportaba el vital
elemento, y transformaba en fértiles a los cultivos, los campos cercanos a
ambas ciudades, funcionando al mismo tiempo como escudo protector de la llegada
directa de pueblos arrivados desde la costa (nótese que ambos dejan las lagunas
al oeste, de donde se presumía que llegaban las oleadas de pueblos
transoceánicos del Pacífico), ubicados además por detrás de importantes cadenas
montañosas, que oficiaban de murallas.
Estas
cadenas montañosas, al mismo tiempo, al elevar las corrientes del Niño y de la Niña,
provenientes del Pacífico, producían el enfriamiento y caída de lluvias, que
colaboraban con los sembrados, oponiéndose a la sequía de los sectores
más cercanos a la costa.
De hecho
algunos investigadores sugieren que la Pirámide de Teotihuacán, llamada del
Sol, está en realidad dedicada a las
lluvias.
LA TECNOLOGiA COMO TERCER ELEMENTO DE COMPARACION(LA TEORIA DEL MERCURIO*)*hacemos reserva de planteo y primer desarrollo
Cuando hace
unos años se encontró bajo la pirámide de Quetzalcoatl (tercera en altura de
Teotihuacán) un recipiente con elevadas cantidades de mercurio, se lo asoció a
tratamientos de presuntas momificaciones.
Pero si
tenemos en cuenta que en China, también hace relativamente poco tiempo, las
excavaciones reflotaron un ejército de 8000 soldados de terracota, ordenados en
el siglo 3 D.C. por el emperador Qin Shi Huang, entre líneas de piedra canalizada;
y luego profundizando esas excavaciones, ríos de mercurio, en las inmediaciones
de pirámides similares a la de Quetzalcoatl, podemos presumir otras funciones del mercurio,
aparte de reconocer que la terracota también, fue usada por la cultura olmeca
en México (a).
a)[También las civilizaciones precolombinas del Perú demostraron su
capacidad para construir ciudades de barro como en Chan Chan (a 5 km de
Trujillo) y Cahuachi muy cerca de Nazca, pero México tiene Paquimé, con una
estructura similar y curiosamente remitiendo al 3er siglo después de Cristo,
también aparecen Tombuctú y Djenné en Malí, con similares características, y
como era de esperarse, varias en China.]
Si al
indagar, encontramos que una de las mayores riquezas de Huancavélica en Perú,
es su existencia de cinabrio, presentación
natural del mercurio; empezamos a encontrar puntos de contacto, entre estos
tres sitios de la Tierra, (y se repite en otros) con un trabajo asombroso sobre
la piedra de dimensiones monumentales, y la presencia de mercurio.
En México
al propio cinabrio (piedra rojiza que molida y en hornos, produce el mercurio)
se lo llama tezontle y es medianamente abundante.
Con lo que
la existencia de mercurio en las bases de una pirámide de Teotihuacán y cerca
de Tiahuanaco, nos permiten aventurar una teoría.
El mercurio
es el único metal líquido a temperatura ambiente pero además posee otras
propiedades.
1) Su
volumen crece en forma prácticamente lineal con la temperatura, por eso se lo
usa para medirla en los termómetros.
2) Se
solidifica a -38º C, teniendo en esa condición un volumen 3,59% menor que en
estado líquido.
3) Si bien
se transforma en gaseoso a los 356,70 ºC, su vaporización comienza a temperatura
ambiente, con el consiguiente aumento de la presión de vapor.
4) Forma
amalgama con la plata y el oro, sirviendo para su extracción en minas, pero no
ataca al hierro, que puede contenerlo aún a elevadas presiones.
5) Su
contacto en estado líquido en el medio ambiente, o con vapores compuestos, es
venenoso para el ser humano.
Razones que
permiten evaluar como método de corte plano de rocas, el siguiente:
Si se efectúan pequeñas perforaciones en una roca, tales que formen un
plano de ataque, y se llenan con mercurio durante la noche (en las alturas de
Teotihuacán y mucho más en las de Tiahuanaco, las temperaturas pueden llegar a
- 20ºC) y se sellan con tapones de hierro a presión, al producirse durante el día temperaturas de
hasta 40ºC, con el consiguiente aumento de volumen y de presión sobre las
paredes de la perforación, la roca tiende a partirse siguiendo las líneas de
ese plano de corte. (ver esquema en corte y planta)
Si las mismas coinciden con los planos de clivaje, emergentes de la
cristalización original, ese corte resulta un plano casi perfecto.
Con este
sistema, tan solo con la presencia de mercurio, hierro o bronce y un amplio
margen de variación de temperatura entre el día y la noche (común en lugares
altos y semidesérticos) podemos justificar el corte, en planos relativamente
parejos de cualquier piedra; mucho más si se calienta artificialmente la
piedra, y casi perfectos si son piedras resultantes de cristalización plana.
Los alquimistas europeos del Siglo XVI, ya trabajaban sobre líneas
similares, e imaginaban una acción todavía más directa del Mercurio sobre la
piedra, que nuestra imaginación, todavía no acierta a definir como se aplicaba.
En efecto
Salomón Trismosin maestro de Paracelso, publica en 1582 “Splendor solis” que
puede traducirse del latín como “el esplendor del Sol” si se toma el sustantivo
latino Sol-solis, o como “El esplendor del suelo” si se aplica al sustantivo
solis-solis, y dice en su capítulo XI,
después de considerar como componentes de lo que llama “La Fuente de Libethra”,
al azufre y al mercurio:
“La Piedra en su estado de
caos se asemeja a la Creación. Piedra y
Creación necesitan sufrir perturbaciones, para que sus elementos se agiten,
hasta que el gran espíritu ígneo (Alkahest) los ordene.
La Piedra, que por la dureza de su
descomposición, está en un estado mineral y metálico, es removida y trastornada
por el Alkahest.
Se desata una total turbulencia, cuando el Alkahest toca y se mezcla
con El Mercurio Coagulado.
El Mercurio Coagulado y el
Alkahest, se enlazan en una continua ronda, en la que se atraen mutuamente.
Con la referida mezcla de Alkahest y Mercurio Coagulado, se desatan extremadas revoluciones, que agitan
violentamente La Piedra endurecida”.
Y se remata
el artículo, diciendo que al final del proceso, emerge el “Mercurio Liberado” y la
piedra queda purificada.
Si
consideramos que el cinabrio posee un 15% de azufre y un 85 % de mercurio, y
que su separación en presencia de borato sódico, se logra con calor. Lo
expresado por Trismosin, no deja dudas, de tratarse de un proceso ya evaluado,
de producción de mercurio.
¿Habrán
logrado, los creadores de Teotihuacán y/o los de Tiahuanaco, lo que imaginaban
los alquimistas europeos, mucho tiempo antes?
¿Implica lo
expresado en “Splendor solis” que una
amalgama de mercurio sin ser extraído del
cinabrio (lo llama coagulado, o sea sólido) con un solvente que denmina
Alkahest, más calor, reformular el orden de las piedras y liberar el propio
mercurio?
De hecho,
la obtención del mercurio (llamado también azogue por los europeos) desde el
cinabrio peruano o del tezontle
mejicano, requiere una molienda previa y luego, temperaturas altas, tan altas
que pueden llegar a las de vaporización del propio mercurio, con su natural
aumento de volumen.
Y si, como
ya vimos, ese aumento de volumen en contacto con la Roca, produce los efectos
ya tratados, el proceso no deja de ser
posible, si bien el relato de Salomón Trismosin, nos impulsa a pensar en un
contacto más íntimo entre piedra y “Mercurio Coagulado” que el de las
perforaciones, sin que este sea despreciable con las herramientas que
disponían, pero abriendo otras técnicas.
Aceptada la
idea, del uso del mercurio por las culturas que produjeron entre otras
maravillas Teotihuacán en México y Tihuanaco en Perú-Bolivia, y conociendo el efecto altamente contaminante,
de ese uso en los seres humanos, empieza a considerarse lógico que cuando otras
culturas, accedieron a esos sitios monumentales, los hallaron abandonados.
TEORiA DEL ENVENENAMIENTO Y EL ABANDONO.*
Se dice que
cuando los españoles llegan a las ruinas solitarias de Tiahuanaco, a orillas
del Titicaca, reciben esa denominación de los pueblos que en ese momento
habitaban cerca, pero no en ellas, y no tuvieron otra información sobre el
origen de las mismas, ni del destino de sus moradores.
Estudios
posteriores remiten a un número de 115.000 habitantes internos y 250.000 en los
campos de sus alrededores, en el apogeo de Tiahuanaco (o Tiwanaku).
Los
investigadores, sin mucha convicción, adjudicaron su desaparición a presuntas guerras
tribales, o a la inundación por crecida del Lago Titicaca, y hasta invocan un
súbito diluvio, sin haber demostrado ninguna de esas teorías.
A su vez,
Teotihuacán muy cerca de Tenochtitlán (Actual Ciudad de México) ya estaba en
ruinas cuando los españoles entran en la zona, y los aztecas solo mencionaban a
la misma, como la ciudad de los Dioses.
La cultura
originaria, abandonó las construcciones a pesar de que se estima que vivieron
hasta 200.000 personas en ella, y recientes excavaciones muestran la posterior
presencia de cierta élite maya, que de hecho también la abandonó.
¿Pueden los
fenómenos naturales, o algún intercambio guerrero, hacer desaparecer los
moradores de ciudades con tal población y desarrollo arquitectónico y social?
¿Puede
ocurrir súbitamente?
Entendemos
que exceptuando la irrupción de una epidemia, es difícil que se den situaciones
de abandono masivo de tales centros, salvo…….. y aquí es donde entra la tesis
del envenenamiento.
El nivel y
volumen de las construcciones, comparables a las del lejano Egipto, en culturas
como aquella, donde el líder tiene consideración política y también religiosa,
le permite involucrar trabajadores, en el número que considere necesario.
Si las
estimaciones para Egipto, fijan en un órden cercano a los 50.000 hombres, el
requerimiento de mano de obra, en Teotihuacán debemos estimar un número similar
y otro tanto en Tiahuanaco; considerando que las mujeres no eran incluidas en
las tareas de carga y otros hombres debían procurar alimentos y enseres para
mantener la población.
En tal
orden, si la manipulación de mercurio fue produciendo daños acumulativos, puede
haberse dado el caso de una serie de muertes cuasi simultáneas, con el
consiguiente terror masivo, de aquellos que manipulaban el mercurio, o de
quienes los secundaban.
El temor a
la “Ira de los Dioses”, sobre todo en culturas que adjudicaban el máximo poder
religioso, a los astros y la propia tierra, y habían dedicado esas
construcciones a honrarlos, debe haberlos asaltado.
La ira de
los dioses, se reflejaba en los padecimientos físicos de quienes trabajaban en
las obras, y no quedaba más camino, que el éxodo masivo.
Cuando
otras culturas se asentaron, (caso los Mayas en Teotihuacán) los restos de
mercurio volátil, pueden haber seguido generando enfermedades y muertes,
provocando su consecuente abandono, mientras las obras entraban en un proceso
de ruina.
La
tradición oral, las mantuvo en el nivel de ciudades de los dioses, y su
tecnología de construcción (ya abandonada y nunca igualada por las culturas
posteriores) las sostenía y aún lo hace, en el plano de las obras inexplicables
para las técnicas contemporáneas.
Apasionante! Se non évero, é (molto ben) trovato.
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