viernes, 16 de enero de 2015

El increíble origen del nombre SAMBOROMBON


 El increíble origen del nombre SAMBOROMBON


Desde pequeños al escuchar ese nombre onomatopéyico,  de un río y su Bahía en el Noreste de la Provincia de Buenos Aires, pensamos en tambores africanos sonando al compás mientras negros y negras agitan su cuerpo al ritmo de un candombe.

Si bien su historia roza las costas africanas, su origen se remonta a climas más fríos y a tiempos en que los europeos poco conocían de ese continente.  Cuentan las leyendas irlandesas, que en el Siglo VI un navegante llamado Barinto vuelve de un viaje por mar hacia el oeste,  extendido en el tiempo, comentando haber conocido islas nuevas y entre ellas la Isla del Paraíso.

Un monje denominado Brandan, decide salir a buscar dicha isla junto a otros 14 monjes, y después de recorrer varias, deciden celebrar la Pascua encendiendo fuego en una de ellas, comprendiendo al moverse esta ante el calor que se trataba de una ballena.  Ese animal lo iba luego a guiar a otra de abundantísima vegetación, que identificarían con el Paraíso Terrenal.

Vuelve a su tierra, y al contar el hecho habla de la isla Pez, y de la del paraíso,  pero ya todos comienzan a hablar de la Isla de San Brandán. Incluso en el Siglo XI una publicación denominada Navigatio Sancti Brandani iba  a retomar la historia y la denominación.

 
 

 
 
 

De Imagine Mundi del Siglo XII la da como perdida, habla de su flora abundante y la denomina San Brandán. Aclaremos simultáneamente que Brandán fue santo por un tiempo y luego, considerando que la historia era fabulada, dejó de serlo, pero su nombre quedó para esa isla tan buscada y tan poco referenciada.


Toscanelli en su plano de 1474, (*1) anterior a Colón y ya con las Antillas dibujadas,  la ubica en medio del océano atlántico, y ese dibujo parece haber influenciado al propio Colón.

De ahí en adelante los viajeros y los cartógrafos ubican la Isla de San Brandán,  desde el oeste de Irlanda como Ortelius en 1570 (*2), hasta en Groenlandia y el Caribe como varios viajeros, o como  una de las Islas de Cabo Verde (la más extrema hacia el oeste como en este plano francés ya de 1707). (*3)

La isla era buscada por los primeros viajeros continuadores de los viajes de Colón, tanto españoles como portugueses, y el uso de su nombre a inicios del Siglo XVI, por repetido y deformado, ya había derivado a San Borombón


 
Los viajeros imaginaban verla y al acercarse a ella desaparecía, con lo que se convirtió en una leyenda de los mares. Su  tamaño era una incógnita y es así que durante el viaje de Magallanes, ocurrido en 1520, que no entra al Río de La Plata, porque sabe que en 1516, Solís lo hizo y aparte de dejar sus huesos (literalmente hablando) solo navegó por ríos, al pasar por la Bahía que se observa como un mordisco en la costa bonaerense del cual imaginaron, se había desprendido la isla, le pusieron el nombre de San Borondón, luego derivado a San Borombón.

Con el tiempo la escritura iba a unir ambas palabras en Samborombón y a extender el nombre al río que desemboca en esa bahía.

Para completar las curiosidades y pasando el misterio hacia el otro océano, existe una pequeña localidad en Perú que también lleva la denominación de Samborombón. Pero como también hay otra llamada Chan Chan, que no es un final de tango, dejamos aquí este nuevo misterio para otra investigación.

 

Ing. Manuel Vila

Enero de 2015