domingo, 15 de diciembre de 2019

Teotihuacán y Tiahuanaco ¿Culturas Relacionadas?(Desarrollo de la teoría del uso de mercurio para el corte de piedras)

Teotihuacán y Tiahuanaco (Tiwanako)
¿Culturas relacionadas?

Relaciones etimológicas,  históricas, e instrumentales entre ambas, y planteo de la teoría del uso de mercurio en el corte de las piedras.

Sabemos que los mayores desarrollos culturales y sociales del período prehispánico en América, tuvieron sede en los actuales México y Perú-Bolivia.
Pero aún en ese marco, hay dos ejemplos que trascienden al entorno, en tiempo, despliegue técnico involucrado, y desarrollo cultural, así como en su súbita despoblación.
Ellas son Teotihuacán en México y Tiahuanaco en Perú-Bolivia.

LA ETIMOLOGIA COMO ELEMENTO DE COMPARACION

Ambas denominaciones demuestran una inocultable relación, y se analizan las distintas posibles razones de tal similitud.

1) De México a Perú


Se ha tratado de definir el origen de las denominaciones de ambas  urbes monumentales, a partir de la lengua predominante, en cada lugar con la llegada de los españoles.

Así en quechua (lengua predominante en el área del imperio Inca junto al aymara) se sostiene que Tiahuanaco, significa: “siéntate guanaco”, aunque dada la multiplicidad de sílabas similares de esa lengua, surgen otras interpretaciones.
A su vez utilizando el náhuatl ((lengua de los aztecas, usada también por otras culturas de Mesoamérica) Teotihuacán se revela, a partir del desglose: teotl = Dios; ti = de y huacan = lugar como “lugar de los dioses”, o “dios del lugar”, pero también aquí caben otras interpretaciones.

Surge luego la segunda consideración, que cuestiona este proceso. Ambas culturas habían despoblado los sitios, cuando los pueblos que se toman como referencia, acceden a esos lugares. Sus lenguas originarias, son desconocidas, y los nombres originales, por lógica, también.

La segunda consideración es que esas denominaciones respondan a una denominación previa, recibida de alguna forma, y adaptada por los nuevos ocupantes, con las variaciones fonético-fonológicas que tal traspaso pueda generar, manteniendo líneas de la lengua original, e introduciendo nuevas.

Y acá surge en la comparación de ambos términos la similitud entre el Ti, y/o Tia y el huanac con el huacan, que aparecen en ambas denominaciones.

El dilema siguiente a este paso deductivo, es si las similitudes corresponden a su denominación original, y en ese caso abre la puerta a pensar que ambos centros formaron parte de una cultura común, o a las denominaciones posteriores, que en cambio sugieren una cultura secundaria, que puede haber trasladado su lengua entre ambos puntos, per se, o por traslado lingüístico de algún grupo étnico.

Respecto al primer caso (una cultura única desarrolladora de ambos sitios) buscaremos la posible identidad en otras cuestiones, como puede ser los restos culturales, y la tecnología demostrada en las construcciones, si bien sorprende al evaluar las presuntas migraciones de culturas orientales a América, a partir del décimo milenio antes de Cristo, la similitud con denominaciones como Taiwan o Taoyuan, que subsisten del otro lado del Pacífico norte.

Mucho más si profundizando en los lenguajes de la actual isla de Formosa, se llega a que el dialecto más antiguo, hablado en Taiwan es el hakka, constituyendo el llamado Tai-wan-hakka , tan relacionado fonéticamente a Teotihuacan como a Tiahuanaco.

Respecto al segundo caso (una cultura posterior que genera denominaciones similares) existen varias líneas de análisis.

Se toma como firme la expresión wanaku, o wanakos (guanacos) , como integrando el nombre de Tiahuanaco , también recibiendo las variantes Tiwanaku y Tiwanako, y no resulta casual que la zona de desarrollo de la cultura inca, coincida con la de la proliferación de tal camélido, el guanaco.

Si bien el inca, no llegó a domesticarlo como a la llama, ni su piel genera la lana de la misma llama, la vicuña, o la alpaca, que comparten territorio, el guanaco aparece como eje de su cultura, junto al puma, y vale entonces su inclusión.

Ese territorio de acción tiene como límite superior, el centro de Colombia, dejándonos muy lejos del México, donde brilla Teotihuacán.

Esto nos aleja de la posibilidad de que el vocablo quechua, haya “subido” hasta el territorio mejicano con tal significado, y aplicado ese significado a un sitio sagrado pre-tolteca.

Pero existen lazos en la lengua náhuatl, que se apoyan sobre similar fonema, si bien los lingüistas actuales descartan un origen común entre ambas lenguas, como sugiriera Joseph Greenberg en 1987.

Cuando Pedro de Alvarado, llega a El Salvador (muy lejos de la zona de acción de los guanacos) observa que se autodenominan huanacax un grupo originario de la zona y cuando comunica tal hallazgo a Hernán Cortés, este le impone el nombre de Guanacos o Huanacos.

Pero además hay que mencionar que hasta allí llegaba la presencia natural de un árbol común en México, el guanacastle según la denominación en náhuatl, y las reuniones que los grupos aborígenes hacían bajo su frondosa copa, se llamaban en la lengua Potón-lenca derivada del náhuatl, “huanacax o huanacox”, con lo que este vocablo, terminó designando, grupos reunidos, o hermandades, y todavía hoy se usa el término “guanacos” para designar popularmente a los habitantes de El Salvador.

El Guanacaste que es la denominación del árbol citado, es el símbolo de Costa Rica, donde existían hasta el 800 D.C. grupos de lengua paya-chibcha, (los corobicíes) vinculada luego a zonas de dominio incaico.

Hubo luego, un desplazamiento de esos pueblos por otros llegados del norte (los chorotecas) que hablaban en náhuatl.

¿Pudo haber sido este contacto y el posterior desplazamiento de los corobicíes hacia el sur, el punto de inclusión del término “guanacos” como símbolo de hermandad, o simplemente población, que los incas toman luego para la denominación de Tiahuanaco, que cambia su sentido a “pueblo de los dioses”?

¿Se usaba ya esa denominación, antes que los incas controlaran el sitio, con un sentido distinto del vocablo guanaco, aplicado a las reuniones de gente, del que ellos utilizaban para el animal de ese nombre?

Ambas posibilidades deben ser consideradas, y el propio tratamiento de “Ciudad de los Dioses”, que los incas le brindaban, parecería demostrarlo.

Podemos incluso aventurar que en un huso común de “guanaco” como sitio de reunión, y de la expresión “Inti” sol en quechua, la denominación apunte al sitio de adoración al sol, máximo dios de las culturas andinas, habiendo nacido como INTIHUANACO, para luego derivar a Tiwanaco.

Y ahora nos vamos a México para integrar lo anterior,  con la denominación de Teotihuacan.

Si nos ajustamos a lo anterior, tal denominación debería ser Teotihuanac, pero el náhuatl repite en varios vocablos la terminación “acán”, mucho más sonora que “anac”, y no debe descartarse la inversión de la sílaba por uso y costumbre como ocurre en tantas lenguas del mundo.

La propia creación de Tenochtitlán sobre la laguna de la actual Ciudad de México, marca esa tendencia.

Y si fuera así, estaríamos ante dos sitios con monumentales construcciones, con tecnologías de precisión y potencia nunca más alcanzadas, por las culturas que luego poblaron el suelo americano, que fueron asimiladas en su denominación por una cultura posterior, o por remanente de autodenominación de la cultura original.

2)DE PERU A MEJICO.


Pero para complicar (¿o favorecer?) este panorama, las designaciones también aceptan el proceso inverso, de buscar un origen andino de las denominaciones.

Y así ocurre, que la expresión “huaca” o waca o waka, en quechua implica centro religioso, con raíces en culturas antiguas del Perú como  en la “huaca” de Caral, 5000 años Antes de Cristo.

Y,  la otra variante es la expresión también quechua “huanca”, a partir de su uso para ciertas piedras verticales, al estilo monolítico,  que en varios lugares del imperio inca, marcan sitios de adoración a los dioses, tomada para denominar a uno de los pueblos intermedios, que hablaban una lengua que justamente se clasifica como “quechua huanca” y que ha dejado sus huellas en denominaciones de localidades como Huancayo; Huancavélica, Huancabamba, etc.

Respecto a “Huaca”, aún hoy, todas las localizaciones donde se admite un culto religioso de pueblos andinos, son denominados “Huaca” contraponiéndolos a los de carácter militar, que se denominan “pucará”.

Y es entonces cuando las sílabas finales de “Teo ti huacán”, parecen asociarse al vocablo quechua “huaca”, ya que en náhuatl, “huacan”, habla de sitio o lugar de nacimiento, y teotl, es dios, con lo que resulta: Lugar de nacimiento del Dios o de los dioses. Y recordemos que su máxima construcción es también la Pirámide del Sol, a pesar de que la cabecera de la calzada es la pirámide de la Luna.

Pero las comparaciones entre Tiahuanaco y Teotihuacán, no deben limitarse solo a lo etimológico, y revisaremos el orden social y temporal implícito, y la planificación y conocimiento tecnológico, en ambos casos.

LA PLANIFICACION COMO SEGUNDO ELEMENTO DE COMPARACION


a) El valle de Teotihuacán tiene alturas que van desde los 2240 metros hasta los 3200 metros sobre el nivel del mar, casi en el centro entre ambos océanos, del territorio mejicano, a aproximadamente 350 km de la costa del Pacífico.
 
Tiahuanaco se encuentra a 3885 metros sobre el nivel del mar, a una distancia de 300 km, (similar a la de Teotihuacán), respecto a la costa del Pacífico.

En ambos casos, la distancia a zonas costeras, y la altura, que complica el acceso, y altera hasta el metabolismo humano, los ponía a resguardo de la llegada sorpresiva, de pueblos navegantes, como alguna vez, pueden haber sido, sus propios fundadores.

La distancia y los obstáculos, además de la presencia de otros grupos ya asentados en el territorio intermedio, que podían resistir y/o avisar de tales incursiones, daban tiempo a preparar la resistencia.

b) Tiahuanaco está actualmente a 15 kilometros de las riberas del Lago Titicaca, aunque se estima que fue un espacio costero al mismo, durante su emplazamiento.
Teotihuacán, está actualmente a 48 kilómetros de Ciudad de México, pero a solo 12 kilómetros de restos de la gran laguna, sobre la que se asentara la ciudad, y puede pensarse que dominaba desde la altura, el ámbito de la misma ubicada a 2250 metros sobre el nivel del mar.

En ambos casos, la presencia cercana de grandes espejos de agua, aportaba el vital elemento, y transformaba en fértiles a los cultivos, los campos cercanos a ambas ciudades, funcionando al mismo tiempo como escudo protector de la llegada directa de pueblos arrivados desde la costa (nótese que ambos dejan las lagunas al oeste, de donde se presumía que llegaban las oleadas de pueblos transoceánicos del Pacífico), ubicados además por detrás de importantes cadenas montañosas, que oficiaban de murallas.

Estas cadenas montañosas, al mismo tiempo, al elevar las corrientes del Niño y de la Niña, provenientes del Pacífico, producían el enfriamiento y caída de lluvias, que colaboraban con los sembrados, oponiéndose a la sequía de los  sectores  más cercanos a la costa.

De hecho algunos investigadores sugieren que la Pirámide de Teotihuacán, llamada del Sol, está en realidad dedicada  a las lluvias.


LA TECNOLOGiA COMO TERCER ELEMENTO DE COMPARACION(LA TEORIA DEL MERCURIO*)*hacemos reserva de planteo y primer desarrollo



Cuando hace unos años se encontró bajo la pirámide de Quetzalcoatl (tercera en altura de Teotihuacán) un recipiente con elevadas cantidades de mercurio, se lo asoció a tratamientos de presuntas momificaciones.

Pero si tenemos en cuenta que en China, también hace relativamente poco tiempo, las excavaciones reflotaron un ejército de 8000 soldados de terracota, ordenados en el siglo 3 D.C. por el emperador Qin Shi Huang, entre líneas de piedra canalizada; y luego profundizando esas excavaciones, ríos de mercurio, en las inmediaciones de pirámides similares a la de Quetzalcoatl,  podemos presumir otras funciones del mercurio, aparte de reconocer que la terracota también, fue usada por la cultura olmeca en México (a).

a)[También las civilizaciones precolombinas del Perú demostraron su capacidad para construir ciudades de barro como en Chan Chan (a 5 km de Trujillo) y Cahuachi muy cerca de Nazca, pero México tiene Paquimé, con una estructura similar y curiosamente remitiendo al 3er siglo después de Cristo, también aparecen Tombuctú y Djenné en Malí, con similares características, y como era de esperarse, varias en China.]

Si al indagar, encontramos que una de las mayores riquezas de Huancavélica en Perú, es su existencia de cinabrio, presentación natural del mercurio; empezamos a encontrar puntos de contacto, entre estos tres sitios de la Tierra, (y se repite en otros) con un trabajo asombroso sobre la piedra de dimensiones monumentales, y la presencia de mercurio.

En México al propio cinabrio (piedra rojiza que molida y en hornos, produce el mercurio) se lo llama tezontle y es medianamente abundante.

Con lo que la existencia de mercurio en las bases de una pirámide de Teotihuacán y cerca de Tiahuanaco, nos permiten aventurar una teoría.

El mercurio es el único metal líquido a temperatura ambiente pero además posee otras propiedades.

1) Su volumen crece en forma prácticamente lineal con la temperatura, por eso se lo usa para medirla en los termómetros.

2) Se solidifica a -38º C, teniendo en esa condición un volumen 3,59% menor que en estado líquido.

3) Si bien se transforma en gaseoso a los 356,70 ºC, su vaporización comienza a temperatura ambiente, con el consiguiente aumento de la presión de vapor.

4) Forma amalgama con la plata y el oro, sirviendo para su extracción en minas, pero no ataca al hierro, que puede contenerlo aún a elevadas presiones.

5) Su contacto en estado líquido en el medio ambiente, o con vapores compuestos, es venenoso para el ser humano.

Razones que permiten evaluar como método de corte plano de rocas, el siguiente:
Si se efectúan pequeñas perforaciones en una roca, tales que formen un plano de ataque, y se llenan con mercurio durante la noche (en las alturas de Teotihuacán y mucho más en las de Tiahuanaco, las temperaturas pueden llegar a - 20ºC) y se sellan con tapones de hierro a presión, al  producirse durante el día temperaturas de hasta 40ºC, con el consiguiente aumento de volumen y de presión sobre las paredes de la perforación, la roca tiende a partirse siguiendo las líneas de ese plano de corte. (ver esquema en corte y planta)

Si las mismas coinciden con los planos de clivaje, emergentes de la cristalización original, ese corte resulta un plano casi perfecto.



Con este sistema, tan solo con la presencia de mercurio, hierro o bronce y un amplio margen de variación de temperatura entre el día y la noche (común en lugares altos y semidesérticos) podemos justificar el corte, en planos relativamente parejos de cualquier piedra; mucho más si se calienta artificialmente la piedra, y casi perfectos si son piedras resultantes de cristalización plana.

Los alquimistas europeos del Siglo XVI, ya trabajaban sobre líneas similares, e imaginaban una acción todavía más directa del Mercurio sobre la piedra, que nuestra imaginación, todavía no acierta a definir como se aplicaba.

En efecto Salomón Trismosin maestro de Paracelso, publica en 1582 “Splendor solis” que puede traducirse del latín como “el esplendor del Sol” si se toma el sustantivo latino Sol-solis, o como “El esplendor del suelo” si se aplica al sustantivo solis-solis,  y dice en su capítulo XI, después de considerar como componentes de lo que llama “La Fuente de Libethra”,  al azufre y al mercurio:

La Piedra en su estado de caos se asemeja a la Creación. Piedra y Creación necesitan sufrir perturbaciones, para que sus elementos se agiten, hasta que el gran espíritu ígneo (Alkahest) los ordene.

La Piedra, que por la dureza de su descomposición, está en un estado mineral y metálico, es removida y trastornada por el Alkahest.

Se desata una total turbulencia, cuando el Alkahest toca y se mezcla con El Mercurio Coagulado.

El Mercurio Coagulado y el Alkahest, se enlazan en una continua ronda, en la que se atraen mutuamente.

Con la referida mezcla de Alkahest y Mercurio Coagulado, se desatan extremadas revoluciones, que agitan violentamente La Piedra endurecida”.

Y se remata el artículo, diciendo que al final del proceso, emerge el “Mercurio Liberado” y la piedra queda purificada.

Si consideramos que el cinabrio posee un 15% de azufre y un 85 % de mercurio, y que su separación en presencia de borato sódico, se logra con calor. Lo expresado por Trismosin, no deja dudas, de tratarse de un proceso ya evaluado, de producción de mercurio.

¿Habrán logrado, los creadores de Teotihuacán y/o los de Tiahuanaco, lo que imaginaban los alquimistas europeos, mucho tiempo antes?

¿Implica lo expresado en “Splendor  solis” que una amalgama de mercurio sin ser extraído del  cinabrio (lo llama coagulado, o sea sólido) con un solvente que denmina Alkahest, más calor, reformular el orden de las piedras y liberar el propio mercurio?

De hecho, la obtención del mercurio (llamado también azogue por los europeos) desde el cinabrio peruano  o del tezontle mejicano, requiere una molienda previa y luego, temperaturas altas, tan altas que pueden llegar a las de vaporización del propio mercurio, con su natural aumento de volumen.

Y si, como ya vimos, ese aumento de volumen en contacto con la Roca, produce los efectos ya tratados,  el proceso no deja de ser posible, si bien el relato de Salomón Trismosin, nos impulsa a pensar en un contacto más íntimo entre piedra y “Mercurio Coagulado” que el de las perforaciones, sin que este sea despreciable con las herramientas que disponían, pero abriendo otras técnicas.

Aceptada la idea, del uso del mercurio por las culturas que produjeron entre otras maravillas Teotihuacán en México y Tihuanaco en Perú-Bolivia,  y conociendo el efecto altamente contaminante, de ese uso en los seres humanos, empieza a considerarse lógico que cuando otras culturas, accedieron a esos sitios monumentales, los hallaron abandonados.

TEORiA DEL ENVENENAMIENTO Y EL ABANDONO.*


Se dice que cuando los españoles llegan a las ruinas solitarias de Tiahuanaco, a orillas del Titicaca, reciben esa denominación de los pueblos que en ese momento habitaban cerca, pero no en ellas, y no tuvieron otra información sobre el origen de las mismas, ni del destino de sus moradores.

Estudios posteriores remiten a un número de 115.000 habitantes internos y 250.000 en los campos de sus alrededores, en el apogeo de Tiahuanaco (o Tiwanaku).

Los investigadores, sin mucha convicción, adjudicaron su desaparición a presuntas guerras tribales, o a la inundación por crecida del Lago Titicaca, y hasta invocan un súbito diluvio, sin haber demostrado ninguna de esas teorías.

A su vez, Teotihuacán muy cerca de Tenochtitlán (Actual Ciudad de México) ya estaba en ruinas cuando los españoles entran en la zona, y los aztecas solo mencionaban a la misma, como la ciudad de los Dioses.

La cultura originaria, abandonó las construcciones a pesar de que se estima que vivieron hasta 200.000 personas en ella, y recientes excavaciones muestran la posterior presencia de cierta élite maya, que de hecho también la abandonó.

¿Pueden los fenómenos naturales, o algún intercambio guerrero, hacer desaparecer los moradores de ciudades con tal población y desarrollo arquitectónico y social?

¿Puede ocurrir súbitamente?

Entendemos que exceptuando la irrupción de una epidemia, es difícil que se den situaciones de abandono masivo de tales centros, salvo…….. y aquí es donde entra la tesis del envenenamiento.

El nivel y volumen de las construcciones, comparables a las del lejano Egipto, en culturas como aquella, donde el líder tiene consideración política y también religiosa, le permite involucrar trabajadores, en el número que considere necesario.

Si las estimaciones para Egipto, fijan en un órden cercano a los 50.000 hombres, el requerimiento de mano de obra, en Teotihuacán debemos estimar un número similar y otro tanto en Tiahuanaco; considerando que las mujeres no eran incluidas en las tareas de carga y otros hombres debían procurar alimentos y enseres para mantener la población.

En tal orden, si la manipulación de mercurio fue produciendo daños acumulativos, puede haberse dado el caso de una serie de muertes cuasi simultáneas, con el consiguiente terror masivo, de aquellos que manipulaban el mercurio, o de quienes los secundaban.

El temor a la “Ira de los Dioses”, sobre todo en culturas que adjudicaban el máximo poder religioso, a los astros y la propia tierra, y habían dedicado esas construcciones a honrarlos, debe haberlos asaltado.

La ira de los dioses, se reflejaba en los padecimientos físicos de quienes trabajaban en las obras, y no quedaba más camino, que el éxodo masivo.

Cuando otras culturas se asentaron, (caso los Mayas en Teotihuacán) los restos de mercurio volátil, pueden haber seguido generando enfermedades y muertes, provocando su consecuente abandono, mientras las obras entraban en un proceso de ruina.

La tradición oral, las mantuvo en el nivel de ciudades de los dioses, y su tecnología de construcción (ya abandonada y nunca igualada por las culturas posteriores) las sostenía y aún lo hace, en el plano de las obras inexplicables para las técnicas contemporáneas.

Autor:

Ingeniero Manuel Vila García

Año 2019

*Se hacen las reservas correspondientes