viernes, 8 de febrero de 2013

Origen de los Títulos de Nobleza (actualización)

 Origen de los títulos de nobleza (La etimología guiando una investigación) ___________________________________________________________________

El complejo latín y sus derivados
 Las reglas de derivación latino romances, tienen criterios generales, que se cumplen para todos los idiomas derivados del latín, y otras específicas de cada idioma, especialmente en la forma de pronunciación. __________________________________________________________________ Así un vocablo como Cicero-onis (*1) usado para nombrar a Cicerón, tenía en latín original una pronunciación que podemos asimilar a Quíquero o Kíkero (con acento en la i). En italiano, esa pronunciación degradó a Chíchero, y en español a Sísero. Como todas las palabras tenían seis formas de expresarse de acuerdo a la posición en la oración, la cosa parecería ser más compleja aún. Siguiendo con el ejemplo de Cicerón, diremos: __________________________________________________________________ Nominativo (sujeto) Cicero Vocativo (invocación) Cicero Acusativo (complemento directo) Ciceronem Genitivo (pertenencia: de....) Ciceronis Dativo (Complemento indirecto) Cicerone Ablativo (complemento circunstancial de....) Cicerone Y otro tanto ocurría en plural. Pero con el tiempo el uso oral fue unificando los vocablos en una sola expresión en singular y otra en plural. Por la frecuencia de uso, los vocablos finales surgieron siempre de los nominativos o de los ablativos. Así quedó Cicerone (que se usa tambien como sustantivo común con otra acepción) y Cicerón. __________________________________________________________________ Esta pequeña introducción nos va a facilitar el análisis de las denominaciones de los títulos de nobleza, que si bien se entronizaron en la Europa medieval y renacentista, tienen sus raíces en el período romano. Como además el latín siguió siendo el idioma de las clases cultas, y de las publicaciones, hasta bien entrado el siglo XVII, es en sus raíces que debemos buscar el origen etimológico y real de los vocablos que los definieron. ___________________________________________________________________ Valga como aclaración que para designar alguna función, objeto u acción nueva, durante los siglos V a XV, se crearon vocablos nuevos tomando raíces latinas, y declinándolos a la vieja usanza, aunque su uso no se registre durante el Imperio Romano.

 El Duque y el Conde

Existían en latín dos verbos de similar significado: 1) El original duco, ducis, ducere, duxi, ductum (*2) 2) El compuesto cumduco, cumducis, cumducere, cumduxi, cumductum ___________________________________________________________________
El Duque

El primero de los cuales que significaba justamente, guiar, conducir, no se utiliza como verbo en castellano, si bien han quedado como restos de su uso, el participio ducto, y el adjetivo dúctil, El segundo que deriva en conducir, y que en realidad en latín, surge de usar el primero (ducere en infinitivo) con la preposición cum, a la que luego absorbe e integra al verbo completo, tanto en el uso verbal como en la escritura. Pero nos confundiríamos si consideráramos que el uso era indistinto, ya que en ese caso, no hubiera sido necesario que los romanos agregaran la preposición al verbo, y en ese sentido, eran muy estrictos. En efecto, el que conducía era el Dux-ducis, y en tal condición, no respondía a otro mandato que a sus propias decisiones. El verbo que expresaba sus acciones era sin duda el primero, ducere. Con la tendencia a unificar el modismo, en los perídos posteriores a la caída del Imperio Romano, prevaleció la expresión Duce, que en su pronunciación latina debía expresarse como Duque, y los hispanos la transcribieron con esa ortografía, para que las prosodias no se alteraran. Los italianos seguirían con la pronunciación ch para la c latina, y aun cuando en el siglo XX, Mussolini adoptara su apelativo Duce, se pronunciaba como Duche. Pero ya cinco siglos antes, había llegado a su fin la forma de denominar a quienes podían decidir sin la intervención de terceros (en los períodos de realeza, sin solicitar autorización al rey) y transformado el mismo en un título nobiliario, con atribuciones territoriales y de nobleza, que reemplazaban el antiguo poder militar, mantendría esas características. El Duque era una realidad. ___________________________________________________________________
El Conde

El que acompañaba en las decisiones, o compartía las mismas con otro par, o dependía de la aceptación real, para tomarlas, podía explicitar sus acciones con el verbo cumducere (en infinitivo) y su denominación podía inscribirse en el sustantivo romano cumdux-cumducis,. Cuando, como en todos los casos, se tendió a unificar el vocablo que definía al sujeto, pasó por la fórmula intermedia de Cumduce (debe pronunciarse cúmduque) y derivó en Conde. Si bien, algunos latinistas, debido al grado secundario en las decisiones respecto al Duque, estiman que Conde puede haber derivado del vocablo latino Comes- comitis, desestimamos esta apreciación usada para los cortesanos sin otro valor que el de integrar la corte (los que comían con el rey, los que compartían el comedor real) pero sin atribuciones militares ni territoriales, que eran las Inherentes a los Condes originales y se mantuvieron en territorialidad y nobleza, para los títulos posteriores. El Conde ya era también una realidad. Para sustituírlo en sus territorios, en caso de fuerza mayor, sobre todo en zonas donde las luchas obligaban a movilizarse, el Rey podía nombrar un Vizconde, con las mismas atribuciones, salvo en presencia del Conde. ___________________________________________________________________

El Marqués y un origen etimológico diferente

Durante el medioevo, las líneas de límites entre señores eran denominadas marcas. La palabra no tiene un antecedente latino, pero sí responde a caracteres Germano-sajones que denominaban así a los límites de una territorialidad.. Las invasiones bárbaras primero, y el Sacro Imperio Romano Germánico luego, introdujeron este concepto en la Europa mediterránea. En España, esas marcas variaban permanentemente como límites, sobre todo en la línea que separaba los dominios árabes, de los cristianos, entre los siglos XIII y XV. En Italia esas variaciones, se expresaban especialmente entre los territorios papales y los que no eran de su dominio, pero ya antes habían sido los límites del Sacro Imperio Romano Germánico. Después de la conquista de Carlomagno en el siglo VIII, entre los siglos IX a XI se crearon las marcas de Camerino, Fermo y Ancona. La última es la de los posteriores estados papales. Sucesivas luchas entre Malatesta, Montefeltro representantes de los Médicis, los Sforza, desdibujaron los límites hasta que en el Siglo XV Giovanni della Rovere, por comisión papal, fija los límites de lo que hasta hoy se llaman Le Marche (pronúnciase Le Marque). El cambio de denominación de, La Marca di Ancona a Les Marches se produce con la anexión a la nueva Repéblica Italiana, después de 1860. Aun hoy se denomina por Gianni (diminutivo de Giovanni) Le Marchegiana, a la zona de las Provincias donde tales territorios estaban involucrados. Se da entonces la situación de que los señores (con jerarquía de Reyes) ante la necesidad de sostener los límites de sus señoríos, o la posibilidad de extender esos límites, denominados Marcas, deciden crear un título de Marquesado, que permite al beneficiado tener poder y territorialidad, sobre los territorios que defiende y los que eventualmente conquiste, sin que los derechos de dominio del señor se vean afectados por esta concesión. Como en Italia, y también en Alemania, en España, los primeros Marquesados se dan en los finales del Sacro Imperio Romano Germánico, pero los títulos como tales, recién se consolidarán en el siglo XV. España separa los títulos, entre los avances sobre las marcas en territorio peninsular y/o europeo en general, y los logrados luego de 1492 en las colonias americanas, que con iguales atribuciones serán denominados Adelantados. _________________________________________________________________

Las jerarquías nobiliarias

Al decantarse los valores y equivalencias de los distintos títulos otorgados por los países europeos, el Duque ocupó el lugar de privilegio, y el Marqués se instaló por debajo del mismo, pero por encima del Conde, estableciéndose en cada país los tratamientos y sostenes económicos, que debía recibir cada uno. Las mujeres de los mismos recibían en las cortes, el tratamiento equivalente, pero era solo una cuestión protocolar y no efectiva, ya que los herederos eran siempre los primogénitos varones, y solo escasamente y de no haber herederos, asumían realmente las atribuciones en caso de fallecer sus esposos o padres, y eran obligadas rápidamente a contraer matrimonio. __________________________________________________________________

Otros Títulos: Barón y Señor

En España se registraron títulos inferiores en territorialidad y jerarquía, a los nombrados. En Aragón que llegó a dominar media Italia y las islas del Mediterráneo durante el Siglo XV, se crearon los títulos de Barón, y sus territorios eran las baronías, situación que parece haberse tomado de Francia, que ya las había instituído. Castilla en cambio, en territorio peninsular hasta 1492, ya había distribuído los señoríos, como premios esencialmente a la lucha con los árabes, y su denominación respondía al apelativo de Señor. Su uso reiterado como forma de etiqueta en el trato, derivó en su generalización en el diálogo coloquial para todos los hombres y mujeres, a partir del siglo XIX. Por debajo de los citados, todavía se extendían los títulos de Caballero, que respondían a la vieja calificación de las villas y los burgos, que anteponían los poseedores de caballos, en el rango social, de aquellos que no lo poseían. Entre los militares, también la jerarquía de los caballeros prevalecía, sobre artilleros e infantes. Las distintas órdenes militares o religiosas, tenían la facultad de extenderle estos títulos a quienes se integraban a ellas. Como en el caso anterior, la denominación también quedó como calificación de trato social, y si se nos permite, en un grado superior al de Señor, aunque marcando más distancia entre los interlocutores . Debe agregarse que sobre bases similares, existía un escalonamiento de jerarquía nobiliaria entre los árabes, en La India, en la China, y otras regiones orientales, si bien en estos casos, la base religiosa tenía un poder muchas veces superior al poder militar, y operaban en conjunto en el escalonamiento social. Situación diferente a la de los países de Europa occidental donde las escalas de poder militar-nobiliario y religioso, iban por vías diferentes, a veces competitivos, aunque se asociaban en órdenes como la de los Templarios. _________________________________________________________________

Un anacronismo que aún sobrevive

El uso del adjetivo noble (derivado de nobilis-nobile) tanto para indicar distinción, y celebridad, como para caracterizar a los integrantes de esa casta, y vasallos o directamente siervos (de servus-a: esclavo de Roma) para quienes no la integraban, habla a las claras de las diferencias sociales que denotaban en la Europa medieval y renacentista. A pesar de que las razones de la creación de los títulos de nobleza, han mutado en casi todos los países de Europa Occidental; que los criterios sociales actuales rechazan las diferencias, y los marcos constitucionales, si bien sostienen en algunos casos la figura de los reyes, le dan un carácter simbólico y no ejecutivo; muchos de estos títulos de nobleza, subsisten en varios de los países, y tienen hasta un marco legal que los sustenta, aunque sus prerrogativas son cada vez, menos notables. Son sin ninguna duda, un resabio anacrónico del medioevo europeo. __________________________________________________________________ ------------------------------------------------------------------ Notas: (*1) En latín las palabras se indican con su nominativo y genitivo singular. (*2) En latín los verbos se indican por la 1ª y 2ª persona del presente, por el infinitivo, por la 1ª persona del pretérito perfecto, y por el supino. __________________________________________________________________ ------------------------------------------------------------------ Ing. Manuel Vila Presidente del Foro de la Memoria de Parque de los Patricios Presidente de la Junta de Estudios Históricos de Parque de los Patricios ingmanuelvila@hotmail.com 5401149252230 Investigación concluida en Noviembre de 2011 Prohibida su reproducción sin autorización del autor

jueves, 7 de febrero de 2013

Monasterio de San Martín de Lalín


Mi bisabuelo, tambien llamado Manuel Vila, arriero de vinos (según mi abuelo le dijo a mi padre) nativo de Lalín (Pontevedra, España) se vino en 1892 a la Argentina con su esposa María Mantinián; mi abuelo Eugenio de 8 años y dos mellizos más chicos. Como me habían comentado que el abuelo recordaba el monasterio donde había sido bautizado, y las 9 casas que había alrededor, una de las cuales habitaban, antes de viajar a buscar mis raíces en Lalín, en 2009 busqué datos en Internet.
Para mi tristeza, figuraba que antes de 1892, se había decidido construir la iglesia de Santa María de los Dolores, y que en el contrato de construcción de la misma se estipulaba que se usaran piedras de la demolición del monasterio de San Martín para construirla. Al ver luego imágenes de Santa María concluida y ninguna de San Martín presupuse lo peor. San Martín ya no existía.
Viajamos desde La Coruña a Lalín, pasando por Santiago de Compostela, y al llegar observamos el centro de Lalín donde comimos pulpo y no los "cocidos" característicos, y recorrimos su orgullosa iglesia de Santa María. Allí debía terminar la visita.
Sin embargo, acostumbrado a leer que los monasterios se instalaban en los puntos altos, y siguiendo una corazonada, propuse a mi esposa ir hacia un sector que se observaba elevado, porque presumía que algún resto de San Martín debía haber quedado en algún lugar. Cuando íbamos llegando a la parte más alta y sin indicación de cartel alguno, observé el muro lateral de un viejo cementerio de piedra, y al seguir subiendo, apareció ante nosotros el majestuoso monasterio, creado en 980 D.C.
Mi emoción superó todos los límites, cuando además en sus alrededores hallamos varias de las 9 casas de las que hablara mi abuelo. Pero el misterio de su presencia, recién se me reveló hace tres meses. Una subida posterior a Internet, indica, que por haberse atrasado el contratista en la construcción, 8 vecinos del pueblo y el sacerdote, habían pagado para que no se demoliera San Martín, salvando esta joya construida en el siglo X de nuestra era. ¿Habrán sido los Vila, desde arriba, que me guiaron a conocerlo, cuando no había ninguna razón para buscarlo?




Observando en detalle se puede notar que en algún momento de su historia El Monasterio de San Martín de Lalín, subió su altura, cambió su cubierta y cerró con piedra nueva, la abertura flanqueada por dos hermosas columnillas 

 Nudo de caminos, (el de Ourense a Satiago de Compostela y el de Lugo a Pontevedra) Lalín es considerado el centro de Galicia, y su monasterio fue referencia de peregrinos desde el siglo X de nuestra era.
Una de las casa que rodean al Monasterio, probablemente tan antiguas como el propio monasterio, y lugar de alojamiento de peregrinos durante once siglos.


Vamos a volcar una nota posterior sobre la etimología que puede haber dado origen a la denominación LALIN. Según las publicaciones (aunque todas sin mucha convicción) se plantean dos alternativas:
1)existió un labrador con anterioridad al siglo IX que era denominado Lalino o Laliño, antes de que el Conde de Deza se hiciera titular de las tierras, sin embargo tal personaje no aparece en documentos y parece haber quedado como una improbable tradición oral, a partir de que se llamaba a la zona Tierras de Lalino o Laliño.
2) A esta historia se agrega el más rebuscado argumento de que su nombre surgía de haber trabajado con lana y lino, de ahí se transformaba en Lalino, casi  una fábula.
Nosotros introduciremos una tercera opción, partiendo de que la mayoría de los pueblos ubicados en territorios antes dominados por los romanos, (cuya lengua, el latín,  iba derivando a los idiomas romances) durante su dominación y los posteriores siglos , recibían denominaciones que respondían a cuestiones geográficas, u otro factor que las hiciera notables o notorias . En este sentido el actual Lalín estaba emplazado en LA LINEA que une a Ourense con el ansiado destino de Santiago de Compostela, y fue por esa razón que en el siglo X se instaló en esa línea de caminantes, y peregrinos el Monasterio de San Martín de Laliño, según figura en documentos de la época. Por si esta vinculación fuera poco, tambien se cruza en Lalín el camino de Lugo a Pontevedra, y estamos hablando de pueblos cuyas denominaciones denotan tambien el origen latino prevaleciente y el sentido de marcar un accidente geográfico (Pontevedra, Ponte (puente) Vedra (puede derivar de vetera(viejo) o de vectra(transportable, o que sirvve para transportarse) y Lugo derivado de Locus = lugar en latín).
Aun para los años anteriores al emplazamiento del Monasterio de San Martín (980 D. C.) debe aceptarse que por tal condición de estar en la línea que conduce a Santiago, era lógico hablar de las Tierras de La Linea o Laliño, como deformación.
El apocopamiento de las expresiones, con el uso,  común a la lengua galaico-portuguesa, produjo el posterior Lalín, con el que hoy es conocida.