miércoles, 31 de mayo de 2017

La Condición social o el origen como estigma personal y su reflejo en nuestro idioma.

La Condición social  o el origen como estigma personal y su reflejo en nuestro idioma.

Si bien fue la alta Edad Media la que profundizó la división social en clases, ya desde la antigüedad esa diferenciación existía, y no solo condicionaba posibilidades de cambio entre clases sino que sus denominaciones han quedado, primero en el latín, y luego en las lenguas romances (de las cuales el castellano es una de ellas), como “calificatorias” de presuntas cualidades personales.

 Noble: La nobleza, clase dominante en Roma integrada por los llamados “nobiles-e”, que se autopresentaba como modelo de comportamiento social, conllevó la transformación de  ese sustantivo en un adjetivo que califica positivamente como sinónimo de bondad y de don de gentes.

Villano: Como contraposición, los “villanus-a” que eran los trabajadores del campo o de lo que luego se llamaron haciendas, terminaron sirviendo de calificativo peyorativo de las condiciones morales.

Esclavos:  Ya hemos desarrollado en otra investigación el origen de la palabra que     no existía en Roma (se usaba servus-a para calificar esa función) y que parece provenir de la etapa en que los Estados Vaticanos sojuzgaron a sectores de “eslavos” que luego ponían bajo esa condición, y de ellos derivaría con previa distorsión fonética, la generalización del término.

Bárbaros:  Los griegos (y luego los romanos) usaban esa denominación para todos los que no comprendían su idioma, y en correspondencia su cultura. Como al mismo tiempo consideraban su cultura superior a todas las de su tiempo, el vocablo terminó calificando a quien lo recibía como de baja cultura, y capaz de cometer “barbaridades” por tal razón. La expresión “barbarie” resulta entonces una síntesis de bajos procederes.



Avaro – avaricia: Los ávaros eran un pueblo que ya en el siglo V se ubicaba en los Balcanes, y después de desplazar a otros pueblos amenazaban la Roma de Justiniano. Este con varios frentes abiertos, optó por sobornarlos con valores, para que no atacaran Roma, sino que desviaran hacia el norte sus intenciones, lo que los ávaros vieron de buen grado. Desde allí el interés desmedido por los valores económicos, que desde los griegos se denominaba philarguria, pasó a ser “avaritia” llegando como avaricia a nuestros días, y calificando como avaro (ya sin acento inicial) a quien cae en ella.

Vándalos: Este pueblo establecido ya en el Siglo I en la zona centroeuropea, inició en el siglo IV una migración guerrera que los llevo a dominar en el siguiente, la península Ibérica, el Norte de Africa, Corcega, Sicilia y Cerdeña. Como impulsaban la iglesia arriana, opositora de la católica, los pueblos hispanos sojuzgados usaron la denominación de vándalos para calificar a quien hace tropelías. Y hay otra curiosidad, como en latín su denominación era “vandalus” y como la v se pronunciaba como u, o sea “uandalus” los árabes (a los que dominaron en Africa 2 siglos), para los cuales la u adelante implicaba de (o sea pertenencia) creían que el nombre real era “andalus” y al entrar dominantes en el sur de España que para ellos era tierra de los vándalos, crean el reino de Al Andalus, quedando para esa zona la denominación de Andalucía.

Burgués: Con la Edad Media, los villorrios amurallados se transforman en pequeñas ciudades llamadas “burgos”, muchos de cuyos pobladores, empiezan a enriquecerse a partir del comercio. La nobleza veía irrumpir esa nueva casta, muchas veces con más riqueza que ellos sin “su linaje” y empezaron a asociar el término “burgués” con quien se enriquecía sin esfuerzo y de forma espuria. En la actualidad los sectores de izquierda lo refieren directamente a un comerciante explotador.

Señor: En la Edad Media Señor no era cualquiera. Para tener un señorío, que era un título de nobleza de baja alcurnia, pero con dominio territorial, era necesario que la autoridad superior del Reino, ducado, o condado, lo autorizara como tal. Queda como un calificativo común de buena conducta, aunque ya luego generalizado.

Caballero: El arma de caballería, era la de mayor prestigio entre los combativos habitantes de la Europa medieval, y como tal el Caballero, era reconocido con título y muchas veces territorio, sobre todo luego de las batallas donde saliera triunfante. Queda como calificativo de hombre de buenas costumbres, y trato gentil, aunque también muy generalizado.

Escudero: Siempre al pié del Caballero, dejó como modelo al inefable “Sancho Panza”, y se usa para calificar a alguien que desarrolla su actividad a la sombra de otro.

Ya seguiremos.


Manuel Vila (2017)

No hay comentarios:

Publicar un comentario